Un nuevo ícono para Santiago
En un momento en que el interiorismo parece cada vez más globalizado –y homogéneo–, Estudio Jorge Fuentes apuesta por ambientes elegantes y personalizados. “Me nutro de todo lo que pasa, pero, a la hora de trabajar, no sigo las modas de decoración de manera estricta. Lo más importante es el espacio, y con los años creo que he logrado construir un estilo contemporáneo pero duradero”, dice.
Icon, uno de los hoteles que ha conceptualizado en el distrito de Las Condes, articula esa premisa con la funcionalidad. Este edificio, ideado por el estudio A4 Arquitectos, tiene un atrio central de forma triangular, que funciona como nexo entre las veintitrés plantas y la terraza, y está coronado por una gran claraboya. “Era un proyecto donde la arquitectura debía lucirse tanto como el interiorismo. Y, para eso, necesitábamos un discurso coherente en cuanto a los materiales, sin grandes estridencias”, explica Jorge Fuentes.
En el lobby, la propuesta tomó como referencia las líneas rectas del edificio, e incluyó revestimientos de mármol y madera. El mostrador, una de las piezas más importantes, fue realizado con una piedra retroiluminada tallada a láser, y los sofás tienen formas orgánicas, para contrarrestar la sensación de dureza. El punto de color, aquí, está marcado por dos lámparas de cristales de Murano en color rosa ártico, y un conjunto de jarrones gigantes con la misma gama cromática.
Un piso más abajo, donde se encuentra el restaurante Bazzar, los tonos bronce y miel toman fuerza, junto a acentos de azul petróleo, conseguidos gracias a unos elegantes pufs. Y, en el tercer subsuelo, el spa consigue una estética zen, sin caer en clichés: “No quería nada oriental, porque lo encontraba como una historia muy repetitiva. Entonces, optamos por una ambientación oscura con puntos de luz muy precisos, mobiliario de ratán y unos bancos construidos con troncos del sur de Chile”, cuenta.
En el extremo superior del edifico, las áreas comunes se caracterizan por un estilo minimalista, y las habitaciones adquieren una paleta de colores más sobria. Queríamos que se sientan como un espacio cálido. Funcional y cómodo, pero a la vez elegante”. La planta noble, por otro lado, incluye una suite presidencial con panelados de madera, papeles murales de Armani Casa y detalles de cobre –un emblema chileno–, con mobiliario italiano, holandés y español. Y, por último, la terraza se muestra como un espacio versátil, conseguido a partir de mobiliarios blancos y textiles color taupe, junto a un deck de madera. “La idea, finalmente, era generar un estilo contemporáneo bien cosmopolita, pero sin caer en modas”, concluye Fuentes.